“Está en la nube”, "trabajamos con la nube" o "¡menos mal que está en la nube!". No, no nos hemos vuelto locos, bueno, un poco sí, pero al menos no vamos a perder nuestra información más preciada (o al menos la que almacenamos en ella).
Y es que "subir a la nube" no consiste en colgar nuestras fotos hechas por las ventanillas del avión (ojo, que no es ninguna locura, lo he oído). El término
, como todos los palabros “
guays” y “a la última”, viene del inglés. El
Cloud Computing (o
the cloud) corresponde a un conjunto de
servidores de almacenamiento cuyo
acceso es
a través de Internet y permite
guardar información en la inmensa y etérea
red. Es decir, no te ocupa espacio en tu ordenador, ni el
pendrive, ni en la memoria de tu teléfono móvil… pero todo está ahí aunque no puedas verlo.
Esta es la que te
permite acceder desde cualquier dispositivo (
Smartphone, Tablet, ordenador…) a, por ejemplo, tus
redes sociales, tus
e-mails, etc. Por eso, siempre tienes todos los contactos y conversaciones disponibles si tienes
acceso a Internet. Además, también existen
servidores como
Google Drive o
Dropbox, que te
permiten guardar documentos, imágenes, vídeos, etc;
liberando así
espacio de tu disco duro interno a la vez que puedes
acceder a ellos en tiempo real.